Cuando crezca, será una niña. Esto es algo con lo que Sasha lleva soñando desde su niñez. Además de varias entrevistas con los padres, quienes hablan claramente de Sasha como su niña, la película muestra también la lucha incansable de la familia contra un entorno hostil. Vemos a Sasha jugando, yendo a clases de ballet y durante una visita a un terapeuta especializado en identidades de género. En la escuela, a Sasha no se le permite vestir 'como una niña', debe usar ropa 'de niños'. En varias ocasiones Sasha no entiende por qué los adultos lo hacen todo tan complicado, y no la dejan simplemente ser quien es y vestir lo que le apetezca.