Joe y Gomamon se encuentran a la deriva, cuando una caja se acerca. Joe piensa que son provisiones, pero cuando la abren, Ogremon sale de ella y los ataca. Gracias a Ikkakumon consiguen escapar. Poco después de la pelea, Ikkakumon, que llevaba a Joe en su espalda, se cansa, retrocede a Gomamon, y Joe cae al mar. Por suerte, Sora, que intentaba pescar desde un trozo cercano de la isla, lo rescata. Joe se encuentra inconsciente, mientras Gomamon le pide a Sora y Piyomon que ayuden a su amigo, que es cada vez más débil emocionalmente. Cuando despierta, todos proponen a Joe como líder, lo que él acepta sin alternativa. De pronto oyen unas campanadas y ven una iglesia; Joe propone buscar humanos allí. Cuando llegan, ven un grupo de personas bailando. Un sacerdote los guía dentro de la iglesia, mientras comenta que van a ofrecer una ofrenda a "El Gran Bakemon"; pero de repente descubren que todos los humanos son en realidad Bakemon, digimons fantasmas. Atan a Joe y Sora para ofrecerlos en sacrificio al Gran Bakemon y encierran a Gomamon y Piyomon en una celda, demasiado hambrientos para poder salvarlos. Por suerte, consiguen engañar al Bakemon que hacía guardia para robarle comida y digievolucionan en Ikkakumon y Birdramon, salvando a los niños cuando estaban a punto de ser devorados. Sin embargo, el Gran Bakemon es muy fuerte, por lo que a Joe se le ocurre la idea de recitar un texto sagrado, que lo debilita, e Ikkakumon y Birdramon lo derrotan. El suelo se abre y aparecen unos engranes negros, que giran inversamente y la isla retrocede a su posición original.