Después de casi perder su carrera, su familia y su mente, el Alcalde Tom Kane (Kelsey Grammer) sigue siendo tan poderoso como siempre. Con altas dosis de medicación, es capaz de hacer retroceder los síntomas físicos de la enfermedad cerebral que padece, aunque empieza a tener alucinaciones. Sin sus viejos asesores Ezra Stone (Martin Donovan), Kitty O'Neill (Kathleen Robertson), y su protegido político Ben Zajac (Jeff Hephner), todas las probabilidades están en su contra. A pesar de todo se prepara para dejar su legado en la ciudad.