Tras el intento de asesinato contra Canute, se esparcen rumores por York acerca de que el rey intenta matar a su hijo. Como resultado, el rey se ve incapaz de dar órdenes que puedan poner en peligro a Canute y Askeladd está complacido al ver que todo procede según los planes. Sin embargo, la situación da un giro cuando el rey Sweyn habla. Mientras tanto, Thorfinn es enviado a prisión como castigo por perturbar la paz.